¡Mirad qué horas se me hacen! Esto no puede ser saludable. Sin embargo, este Bizcocho de Avena lo es hasta los topes.
Es difícil imaginar el hecho de que exista algún tipo de bizcocho que podamos comer sin preocuparnos por los gramos o kilos que vamos a engordar comiéndolo. De hecho, esta receta nos va a producir el efecto inverso: nos va a ayudar a regular nuestro tránsito intestinal y, por tanto, a adelgazar.
Seamos realistas, no tiene el mismo sabor que un buen bizcocho de vainilla con pepitas de chocolate, pero a mí no me desagrada para nada. Además, es una receta que suelo hacer muy a menudo, pues casi nunca tengo tiempo para desayunar y, ésto junto con un vaso de zumo de naranja o de leche de soja, es lo mejor que puedes tomar cuando llevas prisa.
¡Vamos con la receta!
Necesitaremos...
- 4 yemas
- 4 claras
- 2 cucharadas de edulcorante líquido
- La ralladura de un limón
- 2 vasos de batido de piña 0% (lo podéis encontrar en Mercadona)
- 12 cucharadas de salvado de avena
- Canela (al gusto)
- Un pellizco de sal
- 2 cucharaditas de levadura Royal
Así lo vamos a hacer...
1. Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo.
2. Separamos las yemas de las claras, reservando éstas últimas en un bol amplio.
3. Batimos las yemas junto con la canela y 1 cucharada de edulcorante. Añadimos el batido de piña 0%, el salvado de avena y la levadura. Batimos hasta que la mezcla sea homogénea. Reservamos.
4. Montamos las claras a punto de nieve con una batidora de varillas, habiéndoles echado previamente una pizca de sal. Cuando éstas empiecen a espumar, añadimos la cucharada de edulcorante líquido restante. Una vez las claras formen picos (los/as más atrevidos/as podéis darle la vuelta al bol, y si no cae, lo habréis conseguido). Echamos la ralladura de limón.
5. Ahora debemos juntar la mezcla anterior con las claras a punto de nieve (en tres veces). Lo haremos con movimientos envolventes, ¡SIN REMOVER A LO LOCO! Ésto sirve para que la masa no pierda aire y, por tanto, el bizcocho nos quede más esponjoso.
6. Una vez tengamos la masa final lista, la vertemos en un MOLDE DE SILICONA (y lo pongo en mayúscula puesto que como no vamos a utilizar mantequilla ni ningún tipo de producto graso para facilitar el desmoldado, es imprescindible hacerlo en uno de silicona).
7. Llevaremos a la parte baja del horno por un periodo de 30 minutos apróximadamente (ya sabéis que cada horno es un mundo). Cuando pinchemos con un palito, y éste salga seco, ya lo tendremos listo.
1. Precalentamos el horno a 180º, con calor arriba y abajo.
2. Separamos las yemas de las claras, reservando éstas últimas en un bol amplio.
3. Batimos las yemas junto con la canela y 1 cucharada de edulcorante. Añadimos el batido de piña 0%, el salvado de avena y la levadura. Batimos hasta que la mezcla sea homogénea. Reservamos.
4. Montamos las claras a punto de nieve con una batidora de varillas, habiéndoles echado previamente una pizca de sal. Cuando éstas empiecen a espumar, añadimos la cucharada de edulcorante líquido restante. Una vez las claras formen picos (los/as más atrevidos/as podéis darle la vuelta al bol, y si no cae, lo habréis conseguido). Echamos la ralladura de limón.
5. Ahora debemos juntar la mezcla anterior con las claras a punto de nieve (en tres veces). Lo haremos con movimientos envolventes, ¡SIN REMOVER A LO LOCO! Ésto sirve para que la masa no pierda aire y, por tanto, el bizcocho nos quede más esponjoso.
6. Una vez tengamos la masa final lista, la vertemos en un MOLDE DE SILICONA (y lo pongo en mayúscula puesto que como no vamos a utilizar mantequilla ni ningún tipo de producto graso para facilitar el desmoldado, es imprescindible hacerlo en uno de silicona).
7. Llevaremos a la parte baja del horno por un periodo de 30 minutos apróximadamente (ya sabéis que cada horno es un mundo). Cuando pinchemos con un palito, y éste salga seco, ya lo tendremos listo.
¡Esto es todo por hoy! Una receta facilíca y sanísima. Espero vuestros comentarios.
Un abrazo,