¡Muy buenas! Aquí os presento mi primera receta. En este caso es dulce y, como buen amante de la repostería que soy, lo será en muchos casos más, jajaja.
Después de comer a mediodía, la gente se suele echar un ratico la siesta, pero Monsieur Citron está deseando levantarse de la silla para ir corriendo a encender el horno (creo que es una costumbre que debería moderar). Es como que tengo la necesidad vital de cocinar algo a diario, aunque sea una simple tortilla "francesa". Hago especial hincapié en lo de "francesa" porque a lo largo del tiempo iréis viendo que existe un lazo que me une estrechamente a Francia, a su cultura, a sus gentes, a su lengua...
Con respecto a la receta, he de decir que es SÚPER FÁCIL de preparar. Se compone de ingredientes muy básicos que todos podemos tener en la despensa. ¡Os animo a que lo probéis porque está pa' comerselo! Os cuento cómo lo hice yo:
- INGREDIENTES -
Para la masa
- 400 gr. de azúcar blanco
- 360 gr. de harina
- 3 huevos talla L (o 4 talla M, en su defecto)
- 15 gr. de bicarbonato sódico
- 224 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 65 gr. de cacao en polvo Valor
- Un pellizco de sal
- Una cucharada de vainilla en pasta/extracto de vainilla
- 240 ml. de buttermilk = 240 ml. de leche + una cucharada de zumo de limón
- 160 ml. de agua
Para la cobertura de chocolate
- 150 gr. de chocolate negro para postres (yo he utilizado el de Nestlé)
- 30 gr. de mantequilla
- Chocolate blanco rallado al gusto
-PREPARACIÓN-
- Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
- Engrasamos nuestro molde especial para bundt cakes o el que tengamos más a mano con mantequilla o con Spray desmoldante (que podéis encontrar en tiendas de repostería especializadas y online).
- Preparamos el buttermilk si no lo hemos encontrado en ninguna tienda (en LIDL suele haber siempre). Cogemos 240 ml. de leche y le añadimos una cucharada sopera colmada de zumo de limón y dejamos reposar. Veréis que cuaja, pero NO OS ASUSTÉIS porque realmente es esa la función que buscamos. Para quienes no lo sepan, el buttermilk le va a añadir al bundt cake una esponjosidad y una textura increíbles.
- Ahora es el turno de los ingredientes secos: mezclamos la harina, con el bicarbonato sódico y el pellizco de sal. Lo tamizamos con un colador y reservamos.
- Vertemos la mantequilla que previamente hemos sacado del frigorífico para que adquiera la textura de una pomada y la batimos un par de minutos con la batidora de varillas. Añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que vemos que la mezcla blanquea un poquito.
- Vamos añadiendo los huevos UNO A UNO: echamos el primero, lo incorporamos bien a la mezcla; echamos el segundo, igual; y así con todos los huevos.
- Añadimos una cucharada de vainilla en pasta o de extracto de vainilla y batimos un poquito hasta que se integre completamente.
- Ahora en un recipiente mezclamos el agua con el chocolate en polvo y lo mezclamos bien hasta que se disuelva completamente. Vertemos esta mezcla junto con el buttermilk que hemos preparado al principio y removemos con unas varillas de mano.
- Volvemos con los ingredientes secos. Vamos alternando una cucharada de la mezcla de harina, bicarbonato y sal con un chorrito de la mezcla de buttermilk con chocolate que acabamos de preparar. Incorporamos todo bien. Siguiente cucharada y chorrito de buttermilk. Así sucesivamente hasta que acabemos en buttermilk. No nos tiene que quedar una masa especialmente espesa.
- Vertemos toda la mezcla en el molde que hemos engrasado previamente y llevamos al horno durante 50 minutos apróximadamente (ya sabéis que cada horno es un mundo). El truco para saber que nuestro bizcocho está ya hecho es pinchar con un palito en el centro y si sale seco, ¡ya lo tenemos listo!
- Desmoldamos pasados unos 10 minutos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla y procedemos a preparar la cobertura de chocolate.
- Ponemos en un cazo al fuego el chocolate negro y la mantequilla. Removemos con unas varillas de mano con cuidado de que no se nos queme hasta que quede todo completamente derretido.
- Vertemos la cobertura sobre el bizcocho (una vez que éste esté frío) y añadimos chocolate blanco rallado al gusto.
¡Ya lo tenemos listo! ¡Ahora queda la mejor parte... DISFRUTAR COMIÉNDOSELO!
Bon appétit,
Monsieur Citron
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