Madames et Mesieurs!
Les Annés Folles sont arrivées à La Cuisine de Monsieur Citron!
¿Qué leches? Aquí el único loco que hay soy yo!, jajajaja.
Si por algo se caracterizaban "Los Felices Años 20" era por el sonido de las trompetas en las calles de París y por los famosos "Cafés" de Montmartre, pero también por su revolución cultural e ideológica. La gente se sentía libre y con más ganas de vivir que nunca.
Ya sabemos que una tarta no puede representar sentimientos como la libertad o las ganas de vivir, pero es evidente que he querido tomar como referencia esa época del París que tanto me encanta. Además, quería empezar a iniciarme en el mundo del fondant y tenía un cortador muy chulo que necesitaba estrenar YA. No encontré, pues, mejor momento que éste para hacerlo.
La mejor parte de todo el proceso para mí fue la de colocar el candelabro. Fue en ese instante cuando realmente sentí que había hecho un trabajo del que me podía sentir mínimamente orgulloso. El laaaaargo rato que eché para colocar las bolas de azúcar una por una también fue bastante jocoso, jaja.
Yo es que tengo un problema, y es el siguiente: cuantas más cosas preparo, más me gusta la repostería. En principio no es una cosa que podamos calificar de "mala". El conflicto surge cuando quieres comerte lo que has hecho, pero no puedes porque es para un regalo; o cuando quieres comértelo, pero no lo haces para no coger kilos de más, jajajaja.
En este último caso, creo que deberíamos tomar como referencia la filosofía de vida de aquellas personas que vivieron esa época tan hermosa como fue la de los Felices Años 20 y ser felices con lo que tenemos y con lo que comemos. A mí desde luego me plantas una tarta como ésta a una distancia de unos 20 centímetros de mi cara y, después de reír de alegría, me como hasta las velas, jajajaja.
Oye, a mí con tanto hablar de felicidad... Se me está haciendo la boca agua... ¿Qué tal si empezamos con la receta? Yo ya tengo las manos limpias, y fijo que vosotros/as también, así que... ¡Vamos al lío!
TARTA "ANNÉES FOLLES"
(Receta del Blog La Cuisine de Monsieur Citron)
Para el bizcocho
230 gr. de chocolate negro para fundir
170 gr. de mantequilla
350 gr. de azúcar moreno
3 huevos talla L
1 cucharadita y 1/2 de levadura en polvo
1 cucharadita y 1/2 de bicarbonato sódico
Una pizca de sal
370 gr. de harina de repostería
500 ml. de leche + un buen chorro de zumo de limón
Una cucharadita de extracto de vainilla
Para el relleno
200 ml. de nata para montar (mínimo 35% de m.g.)
Azúcar glas al gusto
2 cucharaditas de estabilizante
Para la decoración
400 gr, de mantequilla con textura de pomada
380 gr. de azúcar glas o icing sugar
200 gr. de chocolate blanco para fundir
Colorante en pasta Claret de Sugarflair®
Fondant o pasta de azúcar
Para el bizcocho
1. Precalentamos el horno a 180ºC, con calor arriba y abajo. Engrasamos 4 moldes de 15cm de diámetro con spray desmoldante o con mantequilla y harina. Reservamos.
2. Derretimos el chocolate negro al baño maría o en el microondas en intervalos de 30 segundos para que no se nos queme. Dejamos enfriar.
3. Preparamos el buttermilk mezclando la leche con un buen chorro de zumo de limón. Dejamos reposar unos 10 minutos para que cuaje.
4. Tamizamos la harina junto con la levadura en polvo, el bicarbonato sódico y la sal. Reservamos.
5. Batimos la mantequilla junto con el azúcar a velocidad media hasta conseguir una mezcla cremosa y blanquecina. Añadimos los huevos uno a uno, batiendo a velocidad baja. No añadimos el siguiente hasta que el anterior esté bien integrado.
6. Comenzamos a incorporar los ingredientes secos en tres veces y alternando con el buttermilk a velocidad baja.
7. Terminamos por verter el chocolate ya enfriado y el extracto de vainilla sobre la mezcla que hemos obtenido anteriormente.
8. Repartimos la masa proporcionalmente en nuestros moldes ayudándonos de una cuchara de helado y los metemos al horno por un periodo de 30 minutos aproximadamente.
9. Pasado ese tiempo, comprobamos que nuestros bizcochos están bien cocidos hincando un palito de madera. Si éste sale seco, eso quiere decir que ya podemos sacarlos del horno.
10. Los dejamos enfriar durante 10 minutos sin desmoldar. A continuación, los desmoldamos y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Para el relleno
1. Sacamos la nata para montar de la nevera y la ponemos en el bol de nuestra batidora o donde la vayamos a montar. Es importantísimo que esté muy muy fría porque, de lo contrario, podríamos tener problemas para poder montarla.
2. Comenzamos batiendo a velocidad baja y vamos aumentándola gradualmente. Una vez que empiece a estar semi-montada, añadimos el azúcar glas en forma de lluvia sin dejar de batir.
3. Seguimos batiendo unos 5 minutos más o el tiempo que sea necesario. Incorporamos el estabilizante para nata y continuamos batiendo hasta obtener la textura deseada. Pero no os paséis batiendo, ¡pues la nata podría convertirse en mantequilla líquida! Jajajaja.
Para la decoración
1. Derretimos el chocolate blanco al baño maría o en el microondas en periodos cortos de 30 segundos para que no se nos queme. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.
2. Batimos la mantequilla en nuestra batidora/amasadora o con una batidora de varillas para ablandarla un poco,
3. Tamizamos el azúcar glas o icing sugar y lo incorporamos a la mantequilla. ¡Es necesario batir a una velocidad baja para no poner la cocina perdida de polvo de azúcar!
4. Aumentaremos la velocidad de forma gradual hasta que obtengamos una mezcla cremosa y suave. Añadimos el chocolate blanco que ya habrá enfriado.
5. Yo he puesto un poco de colorante rosa en pasta para dar un toque diferente a la buttercream. Concretamente he utilizado Claret de Sugarflair®. Tened cuidado porque es un color muy intenso, y si queréis conseguir un rosa palo, debéis poner muy muy poquito.
6. También he querido dar un toque de distinción a la tarta colocándole unas cartelas que he hecho con fondant gris perla.
Montaje de la tarta
1. Cogemos el plato o stand en el que vamos a presentar nuestra tarta y le ponemos un poco de buttercream para sujetar el primer bizcocho.
2. Colocamos el primer bizcocho, centrándolo bien. Ponemos sobre este una buena capa de nata montada. Continuamos colocando y centrando el siguiente. Volvemos a ponerle otra capa de nata montada. Así sucesivamente hasta terminar con el último bizcocho, el cuál ya no llevará una capa de nata encima.
3. El el turno de utilizar nuestra buttercream. Cubrimos toda nuestra tarta con una capa muy finita de buttercream que actuará de "sujeta-migas" y metemos la tarta a la nevera durante unos 20 minutos.
4. Sacamos la tarta de la nevera y continuamos cubriéndola con una capa más gordita de buttercream. Esta vez tendremos que ayudarnos de un scraper metálico o de plástico para dejar los bordes lo más lisos y uniformes posible.
5. Como me ha sobrado buttercream, he decidido cubrir la parte de arriba con un motivo floral. Es muy fácil hacer las rosas de buttercream. Sólo necesitáis una manga pastelera y una boquilla de estrella (yo he utilizado la 2D de Wilton®). Colocáis la manga en un punto concreto y váis girando alrededor de éste en sentido de las agujas del reloj. Dais un par de vueltas y tiráis hacia arriba. Veréis como salen solas.
6. En cuanto a la decoración de fondant, sólo tenéis que espolvorear un poco de azúcar glas sobre vuestra encimera y estirar el fondant con un rodillo antiadherente. Marcáis con el cortador que hayáis elegido y lo colocáis sobre la tarta a vuestro gusto.
7. Finalmente, he rodeado todo el borde de abajo con perlas de azúcar color plata que da un toque muy elegante y sofisticado a la tarta.
Espero que os haya gustado y que os animéis a hacer todas estas cosicas porque no son tan difíciles como pensamos y podemos sorprender a los nuestros en cualquier ocasión especial.
Un abrazo de los fuertes.
Monsieur Citron.
Una tarta preciosa y muy originsl con el candelabro. Dos palabras ME ENCANTA!! Además soy muy amante de los felices años 20 y me enamora todo lo que tenga que ver con ña época. Ya me quedo por aquí porque cuanto más miro más me gusta lo que haces.
ResponderEliminarUn saludo vecino!! Jajaja