Blogueros. Blogueras... ¡Monsieur Citron ha vuelto! Y esta vez es para quedarse.
Los que ya estabais marcando preocupados el 112 para preguntar por mí, podéis colgar el teléfono, jajajaja. No, no me ha comido la tierra, ni he sufrido un ataque alienígena, ni me han borrado del registro civil.
Como algunos/as sabéis, Monsieur Citron es un hombre de negocios. Dicho así, pudiera parecer que "soy un abogado de la gran ciudad", pero... ¡va a ser que no!
Una de las razones por las que he estado desaparecido tanto tiempo es la siguiente: últimamente estoy recibiendo más encargos de los que mis manos pueden llevar a cabo. Sí, habéis leído bien. He dicho "encargos". ¿Veis? Si es que no he tenido tiempo ni para contaros ésto, jajaja. Resulta que ahora, además de ser "un loco aficionado a la repostería", me he convertido en "un loco aficionado a la repostería que comenzó a recibir pedidos de manera repentina y sin premeditación alguna".
No sabéis lo contento que estoy de ver que la gente confía en mi inexperta maña en la cocina para endulzar momentos importantes de sus vidas. Ya hay quien me ha dicho: "Monsieur Citron, sabes cómo hacer felices a las personas". Entre vosotros/as y yo... Que alguien te diga eso, no sólo te hace feliz a ti también, sino que te produce la mayor satisfacción del mundo mundial. Como diría un muy buen amigo mío: "yo ya me puedo morir tranquilo", jajaja.
En definitiva, quiero deciros que tenía unas ganas inmensas de volver a publicar en este blog, un blog que se mantiene vivo gracias al apoyo y a las palabras de aliento que recibo constantemente de vuestra parte. Vuelvo por la puerta grande y, como decía en el inicio de este post, lo hago para quedarme.
No sabéis lo contento que estoy de ver que la gente confía en mi inexperta maña en la cocina para endulzar momentos importantes de sus vidas. Ya hay quien me ha dicho: "Monsieur Citron, sabes cómo hacer felices a las personas". Entre vosotros/as y yo... Que alguien te diga eso, no sólo te hace feliz a ti también, sino que te produce la mayor satisfacción del mundo mundial. Como diría un muy buen amigo mío: "yo ya me puedo morir tranquilo", jajaja.
En definitiva, quiero deciros que tenía unas ganas inmensas de volver a publicar en este blog, un blog que se mantiene vivo gracias al apoyo y a las palabras de aliento que recibo constantemente de vuestra parte. Vuelvo por la puerta grande y, como decía en el inicio de este post, lo hago para quedarme.
Esta tarta es el primer encargo que recibí. Aún lo recuerdo con ilusión y con cierta sorpresa. Sin embargo, si había algo que dominaba mi mente y mis manos en el momento de su elaboración, eran los nervios. ¡Qué tonto soy! Jajaja. Pero, entendedme... Todas las primeras veces suelen estar marcadas por los nervios, ¿o no? Quien no haya pecado, que tire la primera piedra. Nunca antes me había enfrentado a una situación de esta magnitud, y en lo primero que piensas es en contentar a quien te la ha encargado y en no defraudarle con el resultado.
Tras varias horas de dedicación, tomé una foto de la tarta terminada. La envié por Whatsapp a su futuro destinatario y, tras confirmar que le encantó, sentí que perdí unos 20 kilos de golpe. "Ésto parece una obra de arte y da pena empezarla", me dijo.
No puedo ser objetivo con respecto a su sabor, pues es evidente que no la probé. Sin embargo, las críticas de aquellos/as que sí lo hicieron, fueron más que positivas y satisfactorias. Para el bizcocho, decidí utilizar la misma receta que escogí para hacer la Tarta húmeda de Chocolate y Huesitos®, que sabía que iba a quedar muy rico y esponjoso. Para la buttercream, me decanté por hacer una de dulce de leche.
Sin más dilación (hoy me he extendido más que una esterilla de playa), os cuento lo que he necesitado para llevar a cabo la receta y cómo la he hecho.
¡Lavaos las manos que hoy tenemos trabajo!
TARTA DE ROSAS CON DEGRADADO
(Receta del blog La Cuisine de Monsieur Citron)
Necesitaremos...
Para el bizcocho:
- 230 gr. de chocolate negro (yo he utilizado el de Nestlé® Postres
- 170 gr. de mantequilla
- 350 gr. de azúcar moreno
- 3 huevos grandes
- 1 cucharadita y 1/2 de levadura
- 1 cucharadita y 1/2 de bicarbonato sódico
- Una pizca de sal
- 370 gr. de harina de repostería
- 500 ml. de leche + un buen chorrito de zumo de limón
- Una cucharadita de extracto de vainilla
Para la buttercream:
- 400 gr. de mantequilla en punto pomada
- 500 gr. de azúcar glas o icing sugar
- 4 cucharadas de dulce de leche (de esto os dejo echar cuánto queráis, pero con precaución)
- Colorante en pasta (yo he utilizado Grape Violet de Sugarflair®)
Preparación...
Para el bizcocho
Si pincháis aquí, podréis ver la preparación de este rico bizcocho en otra receta que publiqué anteriormente.
Para la buttercream
1. Ponemos la mantequilla que hemos sacado de la nevera con bastante antelación en nuestra KA y batimos un par de minutos a velocidad media. Si no disponéis de una, podéis coger un bol y utilizar la batidora de varillas. Eso sí, ¡con las varillas de mano resulta imposible!
2. Añadimos el azúcar glas o icing sugar. Yo lo hago en dos veces, con el fin de no poner la cocina perdida y de conseguir que éste se integre mejor en la mezcla. Batimos a velocidad muy baja y vamos aumentando progresivamente. Lo haremos durante unos 5 minutos, hasta conseguir una crema sedosa y esponjosa.
3. Echamos en ultima instancia el dulce de leche y continuamos batiendo hasta integrar por completo.
Montaje de la tarta
1. Cogemos el plato que vamos a utilizar para presentar la tarta, ya sea de cartón o uno que tengáis por casa y que os guste. Ponemos un pelín de crema para que la primera base de bizcocho no se mueva.
2. Ponemos la primera base de bizcocho y cubrimos con una buena capa de buttercream. Repetimos el proceso con el resto de bizcochos.
3. Cubrimos toda la tarta con una capa muy fina de crema, también denominada "capa recoge-migas". Para ello, nos ayudamos de una espátula grande. Metemos nuestra tarta en la nevera por un periodo de 20-30 minutos para que la capa que le hemos puesto endurezca un poquito y luego nos sea mucho más fácil acabar de decorarla.
¿Cómo la decoro?
Yo esta vez he optado por una decoración de rosas con degradado. ¡Es muy fácil! No empecéis a echaros las manos a la cabeza. Os cuento cómo se hace:
1. Separamos nuestra buttercream de manera proporcional en tres partes iguales. Podéis ayudaros de una cuchara de helado, seréis mucho más exactos/as.
2. Tintamos cada una de las partes que hemos separado. Tened en cuenta que a una de ellas tenéis que echarle una buena cantidad de colorante (1 cucharadita y 1/2), a la siguiente un poco menos (1 cucharadita), y a la última muy poquito (1/2 cucharadita). Ésta es la única forma de conseguir un verdadero degradado.
3. Si disponemos de 3 boquillas 1M de Wilton®, podemos poner cada una de las cremas en una manga pastelera distinta. De lo contrario, debemos meterle el color más claro, puesto que empezamos a decorar por abajo. Lavar la boquilla, y utilizar una manga distinta con el siguiente color. Y así hasta terminar.
4. Hacer una rosa de buttercream es algo muy muy sencillo. Simplemente tenéis que poner la manga señalando un punto exacto e ir girando alrededor de ese punto en sentido contrario al de las agujas de reloj. Debemos hacer la primera fila del color más claro. La siguiente igual pero con el color intermedio. Y, finalmente, cubrimos el resto con rosas del color más oscuro.
5. Es posible que nos queden huecos que no han sido cubiertos por las rosas. No os preocupéis, simplemente tenemos que rellenarlos apretando la manga de manera simple y haciendo "puntos" que en verdad quedan como "estrellas".
Et... Voilà! Ya tenéis una tarta preciosa con la que sorprender y no quedar indiferente.
Prometo no dejar pasar tanto tiempo entre receta y receta. ¡Hasta prontísimo!